La pirámide invertida: caída de un mito
DOI:
https://doi.org/10.7764/cdi.8.320Palabras clave:
pirámide invertida, lectores, evolución del periódico, técnicas de verosimilitudResumen
Ya no basta si alguna vez bastó contestar cinco o seis doblevés, redactarlas en orden decreciente y considerarse un «periodista». Porque si entregamos una estructura altamente reiterativa, que carece de final y en que, cuanto más se avanza, menos interés promete, a nadie puede extrañar que casi el noventa por ciento de los lectores no pasen de los titulares.